Son muchos los que no estarán de acuerdo con estar agradecidos, en mi caso eternamente, al pibe de 18 años, Ezequiel Barco. Aquel que, en el Maracaná, le dio una nueva estrella al club (junto a otros tantos guerreros), agarrando y metiendo un penal que quemaba.
Claro, los "detractores" de Barco van a estar, bajo el fundamento de que Independiente "le mató el hambre", o que "sin Independiente no era nada" o que "No sabe en que club estaba", en que es "irrespetuoso por no presentarse a entrenar " y tantas cosas más.
Si bien no comparto la decisión de no presentarse a entrenar, logro entenderla completamente. Fue su única, o su más efectiva, forma de negociar. Se le había prometido irse antes de la final, con todo arreglado. Se dio marcha atrás, se pidió más dinero. Atlanta presentó más y más ofertas, también rechazadas. Hasta que finalmente se accedió y se resolvió la novela.
Entendible para un pibe muy pero muy humilde, que hace 2 años llegó al club, que sabe que es una oportunidad única para salvar su vida y la de su familia.
Ahora me sale solamente agradecerle, porque este chico le dio mucho al club. No habrá ganado tanto como los ídolos del club, pero en otra época, la actual, difícil, saco a relucir su juego, su personalidad, su actitud. Se jugó dos finales impresionantes, como si tuviera 30 años, haciéndose cargo del equipo. Y lo coronó con el penal del título. Por eso, solamente me sale decir: ¡Gracias, Pibe!
Por: Francisco Lasc
Claro, los "detractores" de Barco van a estar, bajo el fundamento de que Independiente "le mató el hambre", o que "sin Independiente no era nada" o que "No sabe en que club estaba", en que es "irrespetuoso por no presentarse a entrenar " y tantas cosas más.
Si bien no comparto la decisión de no presentarse a entrenar, logro entenderla completamente. Fue su única, o su más efectiva, forma de negociar. Se le había prometido irse antes de la final, con todo arreglado. Se dio marcha atrás, se pidió más dinero. Atlanta presentó más y más ofertas, también rechazadas. Hasta que finalmente se accedió y se resolvió la novela.
Entendible para un pibe muy pero muy humilde, que hace 2 años llegó al club, que sabe que es una oportunidad única para salvar su vida y la de su familia.
Ahora me sale solamente agradecerle, porque este chico le dio mucho al club. No habrá ganado tanto como los ídolos del club, pero en otra época, la actual, difícil, saco a relucir su juego, su personalidad, su actitud. Se jugó dos finales impresionantes, como si tuviera 30 años, haciéndose cargo del equipo. Y lo coronó con el penal del título. Por eso, solamente me sale decir: ¡Gracias, Pibe!
Por: Francisco Lasc
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