Independiente perdió 1 a 0 ante Deportivo Lara en el Estadio Metropolitano, en lo que fue el debut, pobre por cierto, de la Copa Libertadores 2018. Derrota negra, porque el equipo de Holan, hoy vestido de negro, no mostró nada de su juego.
El campo de juego estaba en paupérrimas condiciones, y desde la primer pelota, a los de Avellaneda se les complicaba el manejo claro de pelota, salida con pelota dominada y control de partido. Lara asfixiaba y se animaba a ir hacia el otro arco.
Los venezolanos plantearon muy bien el partido. Esperaron cuando fue necesario y manejaban mientras podían la pelota. Aprovecharon un error en la salida de Independiente y crearon una gran jugada que derivo en el gol de la victoria.
Fue un baño de agua helada para un Independiente que pareció haber subestimado al rival, que no tuvo reacción, ni Compromiso, ni Actitud, ni Intensidad. Que careció de juego, de ideas, de precisión pero sobre todo de actitud, de fiereza.
En el segundo tiempo Independiente fue buscando más y más. Ya en el primer tiempo había avisado con un cabezazo de
Gaibor y con un tiro de Benítez. Pero Menéndez no estuvo picante, Meza falto de conducción, Domingo no tuvo la presencia de siempre y Romero no lograba pivotear.
Independiente nunca tuvo profundidad y apenas intentaba con remates de lejos. Sánchez Miño intentó con un fierrazo, luego fue Fernandez, de flojisimo ingreso, y más tarde un revoleo en el área increíblemente no terminó en gol.
Pero los rivales demostraron ser guapos, combativos y rebeldes. Independiente no presionaba ni recuperaba rápido como nos tiene acostumbrados. Termino siendo hasta entendible la victoria de Deportivo Lara.
Independiente perdió y no mostró cosas buenas. Todo lo contrario. Debe mejorar, trabajar y mucho. Baño de humildad y cabeza arriba. A apretar los dientes, mirar para adelante y reponerse. Dar vuelta la página.
Foto: Prensa C.A.I
Los venezolanos plantearon muy bien el partido. Esperaron cuando fue necesario y manejaban mientras podían la pelota. Aprovecharon un error en la salida de Independiente y crearon una gran jugada que derivo en el gol de la victoria.
Fue un baño de agua helada para un Independiente que pareció haber subestimado al rival, que no tuvo reacción, ni Compromiso, ni Actitud, ni Intensidad. Que careció de juego, de ideas, de precisión pero sobre todo de actitud, de fiereza.
En el segundo tiempo Independiente fue buscando más y más. Ya en el primer tiempo había avisado con un cabezazo de
Gaibor y con un tiro de Benítez. Pero Menéndez no estuvo picante, Meza falto de conducción, Domingo no tuvo la presencia de siempre y Romero no lograba pivotear.
Independiente nunca tuvo profundidad y apenas intentaba con remates de lejos. Sánchez Miño intentó con un fierrazo, luego fue Fernandez, de flojisimo ingreso, y más tarde un revoleo en el área increíblemente no terminó en gol.
Pero los rivales demostraron ser guapos, combativos y rebeldes. Independiente no presionaba ni recuperaba rápido como nos tiene acostumbrados. Termino siendo hasta entendible la victoria de Deportivo Lara.
Independiente perdió y no mostró cosas buenas. Todo lo contrario. Debe mejorar, trabajar y mucho. Baño de humildad y cabeza arriba. A apretar los dientes, mirar para adelante y reponerse. Dar vuelta la página.
Foto: Prensa C.A.I
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