Del Maracaná a Avellaneda

Benítez acaba de marcar y es puro disfrute. Tal
como en el Maracaná...

Salvando las distancias obvias de una final internacional con el contexto que tenía la de aquel 13 de diciembre con un partido ante Boca, que no deja de ser un Clásico, pero por un torneo casi definido y en el que Independiente no tiene chances, el domingo por la noche, en Avellaneda, tuve el déjà vu de ver al Independiente campeón en el Maracaná.

Desde el minuto cero, Holan echando toda la carne al asador, en un contexto difícil, porque pese a haber ganado ante Talleres, el equipo no se encontraba con sí mismo y debía recibir al puntero del campeonato.

Aún así, no le tembló. Independiente entendió como jugar un Clásico. Lo ganó a lo Independiente. Con pierna fuerte y templada. Metiendo cuando había que meter y jugando cuando había que jugar. Justo ganador y debió haber sido por más. Tal como aquel en el Maracaná.

Empujado por la gente, el equipo encontró una motivación que hace mucho no encontraba. El diablo brotó adentro de cada uno de los 11 que entraron, de quienes estaban en el banco, del DT, de cada hincha en cada rincón del mundo.

Prolijisima la defensa, como hace mucho no se veía. Un tiempista Domingo, siempre bien ubicado e impresionante el despliegue e ida y vuelta de S.Miño. Gaibor mostró algo de todo lo bueno que puede dar. Los 3 de arriba con mucha actitud, sumado a Benítez, que le ganó el duelo a Barrios en un comienzo y a Pérez después.

Se ganó una final, esta vez en Avellaneda, aunque de otro calibre, pero debe tomarse de impulso para lo que se viene. El tramo decisivo del semestre, lo que define el resto del año. Y el Diablo encendió su llama. Eso nos deja tranquilos.

Comentarios