Un puma suelto en La Paternal

De la mano de su goleador, el "Puma" Gigliotti que despachó con un doblete, Independiente venció 2 a 0a Argentinos en La Paternal y sigue sumando en la Superliga. No fue el mejor desempeño del equipo pero bastó para sumar de a tres.



En la previa, estos partidos son un arma doble filo. Incluso hay más para perder que para ganar. Uno espera que Independiente debe superar con facilidad al último de la tabla, pero muchos ejemplos hay de que estos partidos son más difíciles de lo que parecen.

Por eso Independiente arrancó con todo. Primer cuarto de hora que llegó a jugar bien, quizás la única parte donde logró eso en el partido. Los de Holan explotaban las espaldas de los mediocampistas rivales y a partir de allí construían su juego por las bandas.

Así es como a los 17 minutos llegó el primero. A partir de un lateral y una pelota que derivó en Gigliotti, que giro y con el arco entre ceja y ceja se despacho con un zurdazo a la esquina del arquero Chavez.

A partir de ahí Independiente mermó su rendimineto. El calor, la cancha complicada, algunos factores externos que claramente no ayudaron. Tampoco ayudó la salida por lesión de Martin Benítez, que fue reemplazado por un flojo Ezequiel Cerutti.

El segundo tiempo arrancó preocupante. Argentinos salía decidido y evidenciaba los desajustes defensivos de Independiente que eran cada vez más. Problemas para salir jugando de atrás. Y esto terminaba en situaciones y más situaciones para el rival. Que dominó por mucho rato a Independiente.

El Bicho lo pudo haber empatado e incluso ganado. Se hacía cargo de la pelota y con más empuje que juego llegaba al área pero las atajadas de Campaña o las malas decisiones de los rivales mantenían el arco en cero.

Sufrió de más, lo pudo haber perdido. Innecesario. Pero ya con el cansancio del rival, el rojo aprovecho algunas situaciones que regaló el flojo rival y en una de ellas Gigliotti volvió a cambiarla por gol Sigue rugiendo, su delantero maquilla la floja producción del equipo. Mucho para corregir.

Por: Francisco Lascombes

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